Nadie tiene planeado cuando van a ocurrir los grandes acontecimientos de su vida. Nadie planea cuando van a colisionar dos personas, así llegó él, de la nada, como un rayo en medio de la noche, iluminó el cielo y al igual que tengo astrafobia, también le tengo miedo a él.
Para mi, ha pasado más de dos años desde que le conocí, y casi un año desde que no nos vemos ni hablamos, y de pronto apareció tal cual se fue.
Con una llamada en medio de la noche.
Yo había borrado todo rastro de él, todo que disparara mis emociones y me volviese en un ser vivo de nuevo. pero sólo con escuchar su voz al decir mi nombre, mis lágrimas brotaron de nuevo, y mi corazón se paró por un segundo.
Recordé como le conocí, en medio de la noche, tras una salida fugitiva, disfrazada de una chica dura , lista para la noche, pero nadie me advirtió que ese sería el principio de mi fin. El principio de un sentimiento que para mi era totalmente desconocido.
Él llegó a mi vida en el momento mas desafortunado, cuando mi corazón no estaba preparado para amar, e incluso mi mente era un caos total.
Pero él… no sé como se abrió paso entre las brechas de mis muros y se convirtió en una parte de mi vida.
No obstante cada neurona dopada de mi cerebro me decía que no era lo correcto, que no podía permitir entrar a nadie a mi corazón, no podía dejar a nadie dejar entrar en mi oscuridad.
Una oscuridad que estaba presente día a día que no me dejaba ni un minuto, que era mi eterna compañera, que me devoraba y podría devorar a todos los que estuviesen a mi alrededor y quisiese.
Así que le dije adiós con los ojos cerrados, porque no podía verle marchar. Le dije adiós con la mente pero no con el corazón.