Abandoné el café con dos cucharadas de azúcar por un
Té.
Solo
Amargo, simple sin recuerdos.
Abandoné un café de las diez
Por un té a las tres.
Sin nervios, sin sueños, ese café era el alimento
De un alma triste y rota
Que soñaba con sueños de algodón de azúcar
que no llegaban nunca.
Ahora solo hay un té
Con la esperanza de un quiero
Te quiero
Que tampoco llegará nunca.
Un te quiero sin azúcar, con bebo mi té.
👍👍
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Muchas gracias.
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